¡Hemos estado de celebraciones! Dos de nuestros grandes milagros han cumplido 3 y 1 añito respectivamente.
Patricia, nuestra Patu, nuestra pitufita, gordita, pequeñaja, llegó a nuestra casa cuando tenía 4 días y pesaba solo 1kg. Su madre murió en el parto y Patu era prematura. Tenía intolerancia a la lactosa y tuvimos que traer de España una leche especial.
A Baby Sam, nuestra pequeñín que está a punto de ponerse a andar, lo encontró un vecino en una bolsa de basura en las afueras de Kampala, con el cordón umbical y todavía sucio del parto, y alertó a la policía, salvándole la vida.
Que estén vivos no solo es un milagro, si no el producto del cariño, de las ganas de vivir y del trabajo en equipo. Y del infinito amor que las aunties y el resto de los niños de Malayaka House, Uncle Robert y Auntie Bea sienten por ellos. Perdieron a sus madre cuando nacieron, pero enseguida ganaron la familia más especial, más grande y que más les quiere de todo Uganda.
¡Muchas felicidades pequeños!